
Como pediatra, sé muy bien que la fiebre es un síntoma común en niños y bebés. Es importante recordar que la fiebre indica que se han puesto en marcha procesos defensivos en el cuerpo del pequeño y que es un signo de que su sistema inmune está actuando frente a una agresión. Puede que su origen sea una infección o a veces es un signo de alerta de algo más grave. Es así que como padres, lo que debemos responder primero es: ¿Cómo saber si nuestro bebé recién nacido o pequeño tiene fiebre?
Se considera febrícula a la temperatura medida en axila entre 37°C y 38°C, y fiebre si ésta es mayor de 38°C; notaremos al bebé enrojecido, caliente y podrá intercalar momentos de temblor y escalofrío. En otras localizaciones, la temperatura tiene valores distintos. Por ejemplo, al tomar la temperatura en la axila debemos sumar 0,5°C al valor que marcó el termómetro. A continuación, te dejo una lista de cómo proceder cuando se identifican los síntomas.
Qué hacer si el bebé tiene fiebre:
- Dale líquidos en forma fraccionada, es decir de a poco ya que corremos el riesgo de que pueda vomitarlo.
- Recordemos que el efecto físico térmico del agua ayudará a que descienda la temperatura, desde luego no debemos bañarle con agua fría.
- Si usas el remedio casero de ponerle paños en la frente, cara y tórax del bebé, que no sean de agua fría, mejor agua temperada y lo más importante corroborar la temperatura con un termómetro para evaluar si está descendiendo o por el contrario se mantiene o sube.
Qué no hacer si el bebé tiene fiebre:
- No sobre abrigar al pequeño ya que el exceso de ropa hará que la temperatura no baje o demore en descender.
- Exigirle comer, pues lo más seguro es que vomite.
- Descontinuar el baño. Usar alcohol para bajarle la fiebre.
- Darle un antipirético sin comprobar su temperatura
Si lo anterior no resulta y si presenta situaciones como: convulsiones por la fiebre, falta de tolerancia a ingerir vía oral y vomita todo, aparición de manchitas puntiformes de color rojizo en la piel, las cuales indican que la infección puede ser grave; se debe llevar al pequeño a servicios de emergencia.
La consulta al pediatra debe darse si pasadas unas horas el niño sigue con fiebre y además tiene otros síntomas como tos, dolor de oído, catarro intenso, diarrea, dificultad para respirar, dolor generalizado, la fiebre es persistente o si está inquieto, molesto, o bien demasiado decaído; entre otros.